La leche humana no contiene suficiente vitamina D para prevenir una deficiencia de esta vitamina, lo que puede producir enfermedades como el raquitismo (la forma grave de deficiencia de la vitamina D que se caracteriza por el ablandamiento de los huesos). A pesar de que la luz del sol estimula a la piel para producir vitamina D, todos los niños deben usar protector solar cuando están al aire libre y el protector solar evita que la piel produzca vitamina D.
Como resultado, AAP recomienda que si usted está amamantando a su bebé, debe proporcionarle un suplemento de vitamina D, comenzando poco después del nacimiento. Los suplementos de vitamina D de 400 UI (unidades internacionales) (contenido en una combinación de 1 ml de multi vitaminas o una vitamina que contiene vitaminas A, C, y D) por día se recomiendan para los bebés alimentados con leche materna a no ser que estén destetados a por lo menos 32 onzas (1,000 ml) de leche de fórmula fortificada con vitamina D, y para todos los lactantes no alimentados con leche materna que están consumiendo menos de 32 onzas (1000 ml) por día de leche de fórmula fortificada con vitamina D. Debe discutir este asunto con su pediatra.
La vitamina D ya se ha agregado a la leche de fórmula infantil, así que no es necesario un suplemento adicional de vitamina D. ¿Qué hay sobre el hierro? Durante los primeros cuatro a seis meses de edad, su bebé alimentando con leche materna no necesita hierro adicional. El hierro que tenía en su cuerpo al nacer fue suficiente para servirle durante su crecimiento inicial. Pero ahora las reservas están bajando y su necesidad de hierro va a aumentar a medida que su crecimiento se acelera. AAP cree que los bebés que no son alimentados con leche materna o que lo son parcialmente deben recibir leche de fórmula fortificada con hierro (que contiene entre 4 y 12 mg de hierro) desde el nacimiento hasta los doce meses de edad. No recomendamos el uso de leche de fórmula para bebé baja en hierro ya que no contiene el hierro suficiente para apoyar el crecimiento y el desarrollo adecuado del bebé. Afortunadamente, una vez que inicia a su bebé con alimentos sólidos, él recibirá hierro de las carnes, los cereales para bebé fortificados con hierro y los vegetales verdes. Por ejemplo, cuatro cucharadas rasas de cereal fortificado, diluidas con leche materna o leche de fórmula, proporcionan 7 mg de hierro; la carne es otra muy buena fuente de hierro.